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Lo que Trump no entendió (o no quiso entender) sobre China

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Lo que Trump no entendió (o no quiso entender) sobre China

Este mes, Donald Trump inició su guerra comercial contra China y rápidamente, se estrelló contra la realidad. Ha perdido esta batalla. Su último "manotazo de ahogado" ha sido subir a aranceles a 245% y ni así logró que Xi Jinping lo llame. Todo indica que perderá su guerra.

Mientras él ha mostrado sus cartas, los chinos aún tienen muchas más. La más importante de todas es el absoluto desconocimiento sobre China. En Washington no tienen ni idea a quiénes se están enfrentando.

China se preparó para este momento:

Uno de los mantras que más repiten en Washington es que China depende de las exportaciones al mercado de EE.UU. Este dato está desfasado. El gobierno chino se ha estado preparando para este momento desde la llegada de Xi Jinping al poder, a través de políticas que reducen la dependencia del exterior, en especial de países occidentales.

La primera es la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), la ahora mundialmente conocida iniciativa y a la que yo me he referido en textos anteriores, empieza a cosechar sus frutos. En 2024, China importó 9.86 billones de renminbis de países de la IFR, lo cual representó el 53,6% de sus importaciones.

Además, en diciembre de 2024, China implementó una política unilateral de cancelar aranceles para los productos de países menos desarrollados con los que tiene relaciones diplomáticas. Esto conllevó al aumento en un 18.1% de importaciones de esos países en el primer mes.

A esto se suman iniciativas para darle mayor espacio a productos de todo el mundo como la Feria Internacional de Importación y Exportación (CIIE, en inglés). Sólo en 2023, se cerraron acuerdos por 78 mil millones de dólares y participaron empresas de más de 152 países, regiones y organizaciones internacionales.

La segunda política clave fue "Made in China 2025" (MIC 2025) lanzada en 2015 con el objetivo de desarrollar tecnología china y reducir la dependencia del exterior. Para esto se dieron estímulos de billones de yuanes. Algunas áreas en las que se enfocaron fueron: vehículos aéreos no tripulados, automóviles eléctricos, semiconductores, inteligencia artificial, farmacéutica, aviación comercial, entre otros.

Gracias a la planificación y el estímulo estatal, diez años después, China es o líder mundial o tiene una industria competitiva en todas las áreas que se plantearon.

MIC 2025 merece un texto aparte, pero basta con mencionar BYD, Huawei, Xiaomi, Unitree, COMAC o Deepseek para darse una idea de la magnitud de su éxito.

La última política crucial es la de "circulación dual". Esta fue lanzada en 2020 y su objetivo es priorizar el mercado interno antes del externo, sin que esto signifique cerrar su economía. Al contrario, como expliqué en mi columna anterior, el gobierno chino está comprometido con mayor apertura.

La pandemia de COVID-19 y los ataques comerciales desde EE. UU.  fueron llamados a reducir la dependencia en las exportaciones. En 2023, las exportaciones chinas representaron el 19,7% de su PIB mientras que el promedio global es de 29,3%. 

En 2006, las exportaciones representaban un 36% de la economía china y esta se encontraba por encima del promedio global que era 28,7%. Esta parece ser la imagen de China con la que se quedaron en Washington.

La realidad es que China ya no depende de las exportaciones y que EE.UU., no es el principal destino de sus productos. En 2024, del total de las exportaciones chinas, sólo 14,7% tuvieron como destino EE.UU. Sí, la guerra comercial va a afectar, pero la economía china no colapsará.

China invirtió en su gente:

En estos días, ha resurgido un video del CEO de Apple, Tim Cook, explicando que China dejó de ser el país de mano de obra barata hace mucho y que su empresa trabaja en este país por la cantidad de trabajadores altamente calificados: "En EE. UU. podríamos tener una reunión de ingenieros de herramentales y no creo que podríamos llenar [esta] habitación. En China, podrías llenar múltiples canchas de fútbol".

Así, Cook explica de manera sintética la gran diferencia entre los sistemas de ambos países y por qué China está en mejor posición. Por un lado, el sistema capitalista estadounidense, deja de lado su componente más fundamental: los trabajadores.

Por otro lado, en el sistema socialista chino, la gente es el centro de todas las políticas. En China, todos tienen muy en claro que es el trabajador el que genera la riqueza.

Esto se ve traducido en la importancia que el gobierno chino da a las políticas educativas. En las últimas décadas, se estableció la obligatoriedad de nueve años de educación básica, se alcanzó la universalización de la educación y la gratuidad de la educación primaria.

Se extendió la oferta de educación superior y se otorga financiamiento a las universidades. Los jóvenes de los lugares con menos recursos reciben apoyos del gobierno para su educación superior que incluye cursos de nivelación.

Además, se desarrolló un sistema de salud pública. Se trabaja en salud preventiva. Por ejemplo, en los últimos años, la población, en promedio, ha subido de peso. Ante esto, ya se implementaron políticas de salud pública para frenar este nuevo mal para la sociedad china. El gobierno jamás dejaría que la epidemia de obesidad se extienda a los niveles de EE.UU.

En ocho años, el programa de erradicación de la pobreza sacó a 100 millones de personas de esa situación a través de un programa que atacaba la pobreza multidimensional. A todos se les dio vivienda, educación, salud, educación vocacional y se facilitó su acceso al mercado laboral.

Sumemos a esto la inversión en infraestructura, cadenas de suministros eficientes y el desarrollo de la economía de economía digital que permiten a millones desarrollar sus negocios.

El desarrollo urbano es un factor clave para entender el bienestar. Se construyen ciudades pensadas en el ciudadano de pie. Esto incluye, la limpieza ecológica de los últimos años, en especial de la calidad del aire; espacios públicos y sistemas de transporte accesibles y económicos.

La mayoría de los sistemas de transporte urbano trabajan a perdida, pero las externalidades de un sistema tan bien desarrollado compensan. Esto sería imposible en un sistema capitalista.

En resumen, si comparamos, los trabajadores chinos son más sanos, más educados, tienen más oportunidades y no tienen que gastar tanto en sus necesidades básicas porque el Estado asume los costos. De este modo, tiene más capacidad de ahorrar y consumir.

La historia y valores colectivos pesan:

China es una civilización milenaria, la única de las civilizaciones antiguas que resisten hasta hoy. Desde 1949, se encuentra en una etapa socialista llamada República Popular China (RPC) liderada por el Partido Comunista de China (PCCh). Esta es una diferencia que los extranjeros no suelen ver, pero es fundamental para entender su mentalidad.

La China de hoy es un balance perfecto entre valores confucianos y socialistas. Por ello, los valores colectivistas son tan importantes, entre los cuales está el amor y defensa del país.

Además, resulta que el PCCh les ha brindado a los chinos las décadas de mayor prosperidad en su larga historia. La población está satisfecha con su gobierno y se siente orgullosa de sus grandes logros.

A ellos, los occidentales les dicen que quieren liberarlos. En Occidente, tanto repetir por años que los chinos "viven en dictadura" y "están oprimidos", han perdido contacto con la realidad de China.

Con los ataques de Trump, la sociedad china ha entrado en modo de guerra. Todos tienen un rol que cumplir. Ya sea desde el gobierno o las redes sociales o las empresas que exponen cómo las marcas de lujo han hecho fortuna fabricando sus productos en China.

Cuando se trata de defender su patria, los chinos dejan de lado todas sus diferencias y son capaces de abandonar todos los avances de sus últimos años y volver a épocas de escasez, antes de rendirse ante un enemigo exterior.

Desde EE.UU., con una población con cada vez peores estándares de vida y dividida, quieren enfrentarse a una China que los supera en todos los aspectos, está unida y es cuatro veces más grande. Tal vez, deberían replantearse su estrategia. 

En Beijing mantienen la predisposición para un diálogo, pero condicionado a un trato respetuoso. No importa cuánto insista Trump, la pelota está, en realidad, en la cancha de Washington.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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