Economía
¿Cuánto pagará Europa por el gas si endurece las sanciones contra Rusia?
800 dólares por mil metros cúbicos será el precio del gas en el territorio de la Unión Europea si Rusia deja de suministrar su combustible a la región. Actualmente, el coste promedio es de 380 dólares por mil metros cúbicos.
El Instituto de Investigaciones Energéticas de la Academia rusa de Ciencias presentó un informe sobre las perspectivas del sector energético hasta el año 2040. En el documento analiza los hipotéticos efectos de la introducción por parte de la UE de sanciones masivas contra Moscú. Al mismo tiempo, precisó que no considera este escenario realista, sobre todo debido a las consecuencias que tal paso tendría para el consumidor europeo.
"Europa tendrá que cambiar urgentemente al carbón y a productos petroleros más caros para abastecer sus centrales eléctricas y a los consumidores individuales, pero se trata de una capacidad limitada: el máximo técnico no supera los 70.000 millones de metros cúbicos. Una parte de la demanda se quedará sin cubrir y son posibles interrupciones masivas de electricidad en Europa del Este y Europa Central. (…) Europa tendrá que concurrir muy duramente por el gas adicional con los consumidores de Asia-Pacífico, y los precios del gas crecerán mucho no solo en el mercado europeo, sino también en el asiático", comentan los especialistas rusos.
En cuanto a los efectos que supuestamente sufrirá Rusia, las ventas del gas no son cruciales para el presupuesto estatal, asegura, por su parte, el presidente del país Vladímir Putin. En 2013 los ingresos del gas fueron 28.000 millones de dólares anuales, mientras los ingresos del petróleo fueron entre 191.000 millones y 194.000 millones de dólares. En cambio, para Europa del Este el gas ruso comprende entre el 60% y el 90% de todo el gas que importa. "¿Se podría dejar de comprar el gas ruso? En mi opinión, será imposible", insistió Putin durante su línea directa con los ciudadanos rusos el pasado 17 de abril.
Su tranquilidad parece tener un fundamento bastante sólido. Los ejecutivos de Royal Dutch Shell, BP y Statoil ya lo han dejado claro: sea cual sea en este momento la postura oficial de sus líderes políticos, los intereses financieros prevalecen. Tienen planeado avanzar con sus proyectos rusos y ampliar algunos de ellos. Por otro lado, para el mes que viene está prevista la visita de Putin a China, un país siempre hambriento de combustibles. Según adelantan los analistas, podría ser el momento en el que Moscú finalice con Pekín el acuerdo billonario de suministro de gas que está negociando desde hace una década. En caso de suceder esto, servirá de manta de seguridad estratégica para Rusia. El vice primer ministro Arkadi Dvorkóvich comentó la semana pasada, además, que China está interesada en aumentar las importaciones de crudo ruso.
Una parte de la demanda se quedará sin cubrir y son posibles interrupciones masivas de electricidad en Europa del Este y Europa Central
"Europa tendrá que cambiar urgentemente al carbón y a productos petroleros más caros para abastecer sus centrales eléctricas y a los consumidores individuales, pero se trata de una capacidad limitada: el máximo técnico no supera los 70.000 millones de metros cúbicos. Una parte de la demanda se quedará sin cubrir y son posibles interrupciones masivas de electricidad en Europa del Este y Europa Central. (…) Europa tendrá que concurrir muy duramente por el gas adicional con los consumidores de Asia-Pacífico, y los precios del gas crecerán mucho no solo en el mercado europeo, sino también en el asiático", comentan los especialistas rusos.
En cuanto a los efectos que supuestamente sufrirá Rusia, las ventas del gas no son cruciales para el presupuesto estatal, asegura, por su parte, el presidente del país Vladímir Putin. En 2013 los ingresos del gas fueron 28.000 millones de dólares anuales, mientras los ingresos del petróleo fueron entre 191.000 millones y 194.000 millones de dólares. En cambio, para Europa del Este el gas ruso comprende entre el 60% y el 90% de todo el gas que importa. "¿Se podría dejar de comprar el gas ruso? En mi opinión, será imposible", insistió Putin durante su línea directa con los ciudadanos rusos el pasado 17 de abril.
Su tranquilidad parece tener un fundamento bastante sólido. Los ejecutivos de Royal Dutch Shell, BP y Statoil ya lo han dejado claro: sea cual sea en este momento la postura oficial de sus líderes políticos, los intereses financieros prevalecen. Tienen planeado avanzar con sus proyectos rusos y ampliar algunos de ellos. Por otro lado, para el mes que viene está prevista la visita de Putin a China, un país siempre hambriento de combustibles. Según adelantan los analistas, podría ser el momento en el que Moscú finalice con Pekín el acuerdo billonario de suministro de gas que está negociando desde hace una década. En caso de suceder esto, servirá de manta de seguridad estratégica para Rusia. El vice primer ministro Arkadi Dvorkóvich comentó la semana pasada, además, que China está interesada en aumentar las importaciones de crudo ruso.
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