EE. UU. ensaya su nueva arma hipersónica
Militares estadounidenses realizaron el primer y exitoso ensayo de su nueva arma hipersónica, Advanced Hypersonic Weapon (AHW, por sus siglas en inglés), que en 30 minutos recorrió una distancia de 3.500 kilómetros sobre el Océano Atlántico.
Lanzado desde una base naval estadounidense en Kauai, en las Hawái, con la ayuda de un cohete portador, el vehículo AHW tardó menos de media hora en alcanzar el atolón de Kwajalein, situado a unos 4.000 kilómetros, en las islas Marshall, precisó la teniente coronel Melinda Morgan, portavoz del Pentágono.
El objetivo principal del ensayo era comprobar la capacidad de maniobra, la manejabilidad y la resistencia al impacto de las altas temperaturas del artefacto. No se informó sobre la velocidad exacta del vehículo, pero se calcula que es capaz de volar cinco veces más rápido que el sonido.
El arma hipersónica fue diseñada por la compañía Lockheed Martin y la Agencia estadounidense de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa en el marco del programa de Ataque Global Inmediato, que proporcionaría al país norteamericano la posibilidad de alcanzar objetivos situados en cualquier lugar del mundo en una hora.
Según los datos del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), el alcance del AHW es mucho más reducido que el de otro aparato hipersónico desarrollado en el marco de este programa, el Falcon HTV-2, que puede alcanzar una velocidad de 23.000 kilómetros por hora y alcanzar blancos a distancias de 27.000 kilómetros.
La última prueba del vehículo no tripulado se dio por fracasada. Se supone que el aparato se hundió en el Pacífico tras iniciarse la fase de planeo, poco después de su lanzamiento desde una base aérea en California. Ya era la segunda prueba fallida del Falcon HTV-2 que, en principio, necesitaría apenas 12 minutos para cubrir la distancia entre Nueva York y Los Ángeles.
Según los datos del CRS, la financiación del programa de Ataque Global Inmediato en 2011 alcanzó los 239,9 millones de dólares, de los cuales 69 fueron asignados al desarrollo del AHW.
Aunque EE. UU. afirma que el objetivo principal de la creación de las nuevas armas es la lucha contra el terrorismo, los escépticos se temen que la AHW podría utilizarse para hacer caer a regímenes políticos no afines.