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La Cumbre del G-8 arranca en EE. UU.
Tender la mano a una Europa que se hunde en deudas y recortes es parte de la agenda del grupo de las economías más desarrolladas en su reunión que comienza este viernes en Estados Unidos.
Entre otros temas del foro en Camp David están el conflicto en Siria, el programa nuclear iraní, la seguridad energética y las amenazas ambientales, así como el combate a las drogas y al terrorismo.
Antes de la Cumbre está previsto un primer encuentro entre el primer ministro británico David Cameron y el nuevo presidente de Francia, Francois Hollande. Una reunión que podría ser difícil por sus diferencias en temas como la retirada de las tropas francesas de Afganistán, la contribución del Reino Unido al presupuesto de la UE y las medidas de austeridad económica en la UE ante la crisis.
Por su parte, el recién investido presidente ruso Vladímir Putin no acudirá a la Cumbre, sino que enviará al primer ministro Dmitri Medvédev en su lugar. La decisión de no asisitir fue justificada por la necesidad de formar el nuevo gobierno ruso, pero varios medios internacionales aseguran que es otra la razón. Según ellos, Putin no quiere que su primera visita internacional sea a EE. UU., cuyo Departamento de Estado condenó la presuntamente dura represión ejercida contra la oposición en Moscú. También mencionan el asunto del escudo antimisiles que lleva ya tiempo en punto muerto.
Por eso, el primer encuentro entre Obama y Putin como nuevo presidente se realizará en México, en la Cumbre del G-20 el próximo junio.
Según los planes iniciales, la Cumbre del G-8 debía tener lugar en Chicago, al igual que la de la OTAN que se celebrará este 20 y 21 de mayo.
Y aunque el cambio de la sede se hizo para crear un ambiente de mayor confianza en las negociaciones, los medios lo vinculan con un deseo de evitar las manifestaciones de antiglobalistas o del movimiento 'Ocupa Wall Street' que podrían incomodar a los líderes o incluso causar la interrupción del evento.
Antes de la Cumbre está previsto un primer encuentro entre el primer ministro británico David Cameron y el nuevo presidente de Francia, Francois Hollande. Una reunión que podría ser difícil por sus diferencias en temas como la retirada de las tropas francesas de Afganistán, la contribución del Reino Unido al presupuesto de la UE y las medidas de austeridad económica en la UE ante la crisis.
Por su parte, el recién investido presidente ruso Vladímir Putin no acudirá a la Cumbre, sino que enviará al primer ministro Dmitri Medvédev en su lugar. La decisión de no asisitir fue justificada por la necesidad de formar el nuevo gobierno ruso, pero varios medios internacionales aseguran que es otra la razón. Según ellos, Putin no quiere que su primera visita internacional sea a EE. UU., cuyo Departamento de Estado condenó la presuntamente dura represión ejercida contra la oposición en Moscú. También mencionan el asunto del escudo antimisiles que lleva ya tiempo en punto muerto.
Por eso, el primer encuentro entre Obama y Putin como nuevo presidente se realizará en México, en la Cumbre del G-20 el próximo junio.
Según los planes iniciales, la Cumbre del G-8 debía tener lugar en Chicago, al igual que la de la OTAN que se celebrará este 20 y 21 de mayo.
Y aunque el cambio de la sede se hizo para crear un ambiente de mayor confianza en las negociaciones, los medios lo vinculan con un deseo de evitar las manifestaciones de antiglobalistas o del movimiento 'Ocupa Wall Street' que podrían incomodar a los líderes o incluso causar la interrupción del evento.
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